Los patios tradicionales de Morelos
Los patios tradicionales de Popotlán, Morelos.
Por: Raúl Cárdenas
@RuleotaCardenas
Foto: Lázaro Sandoval
@LzroSandoval
Ubicado en la Región Oriente de Morelos,
a una hora y media de la capital (Cuernavaca) y colindando con el estado de
Puebla, Popotlán es la comunidad más pequeña del municipio de Temoac, por
cierto, el más joven de nuestro estado.
Ahí,
inmerso en esa zona geográfica tan basta en recursos naturales, sociales
y culturales, ahí donde la gente sencilla, cálida, solidaria y trabajadora, ahí
en un rinconcito, casi olvidado, está el modesto pueblito.
Con sus no más de 800 habitantes, en su
mayoría dedicados a la agricultura, Popotlán nos relata de manera escénica,
mágica, casi poética, cómo fue y como en
algunos lugares sigue siendo la vida rural cotidiana, la vida tranquila, la vida en el campo, en el pueblo.
Foto: Raúl Cárdenas |
Popotlán significa “lugar donde abunda
el popote”, el cual no es otro que el zacate silvestre, ese que se ocupa desde
épocas prehispánicas para la construcción de chozas, techados y, en Morelos, de
manera particular en la región oriente del estado, para la construcción de graneros,
los graneros de Morelos, los cuexcomates.
Era de esperarse que en el “lugar donde
abunda el popote” florecieran también los cuexcomates. Es verdaderamente
extraordinario ver, en una comunidad tan
pequeña, una presencia tan fuerte de estos añejos gigantes regordetes. Cuando vas
caminando por las apacibles calles del pueblo, entre huertas de café limitadas
por tecorrales (estos linderos no muy altos de piedras encimadas que también
son típicos de la región) y cobijadas por la sombra de los árboles grandes,
principalmente, nogales, mameyes y fresnos; ellos, los cuexcomates, se aparecen
de repente, ya chicos, ya grandes, ya gordos, ya esbeltos… no siempre desde la
calle les puedes ver todo el cuerpo, a veces por sobre las bardas, las casas o
los zaguanes, solo alcanzan a asomar un poco la cabeza, la parte de arriba, la
punta de “la casita”.
Foto: Lázaro Sandoval |
Así que hay que entrar a conocerlos. Los
dueños amablemente nos abren las puertas de su hogar con esa naturalidad, esa
hospitalidad y ese carisma que sólo se ve en la gente honesta, trabajadora y
sencilla de Morelos. Y entramos… Y aprendemos
que los cuexcomates son graneros primitivos exclusivos para maíz, que lo
mantienen fresco de manera natural por mucho tiempo. Ponemos la escalera de
palo y nos subimos a verlo, a conocerlo por dentro…
Foto: Lázaro Sandoval |
Una vez que hemos apreciado la fantástica
presencia arquitectónica y comprendido la maravillosa funcionalidad que tiene
el cuexcomate para la familia, es cuando ponemos más atención y empezamos a
reconocer otros compañeros de patio de nuestro amigo el granero: el pozo de
agua con su riata y su cubeta listas para usarse si fuera necesario; el
gallinero, o los pollos y guajolotes comiendo maíz por ahí, a un lado o en
medio; el cuarto principal o cuartos de dormir, construcciones muy sencillas a
base invariablemente de adobe; también en el patio vemos los utensilios de
labranza listos para trabajar: machetes, arados, yugos, chicoles y cencerros; y
luego percibimos ese olor peculiar de la cocina y nos invitan a entrar. Y ahí, casi en el suelo, hora hincada, hora
en cuclillas, hora en una silla pequeña de madera, de esas que solo se
consiguen en las ferias patronales de pueblo, vemos a una señora moliendo,
echando tortillas, sudando, atizando el fuego y nos mira y alegre nos invita
una tortilla del comal, y comemos…
Foto: Lázaro Sandoval |
Es realmente una experiencia sensibilizadora
conocer los cuexcomates en su hábitat natural, en su hogar, no en tiendas de
artesanías ni oficinas de gobierno, ni en muesos, sino conviviendo armoniosamente
con elementos tan auténticos como él mismo. En Popotlán hemos observado cómo se
replica esa mezcla fabulosa de elementos históricos en cada casa que alberga
uno de ellos, los hemos llamado “los patios tradicionales de Morelos”
Cuando visites la región oriente de
Morelos, la verdadera, esa franja de comunidades que colinda con el estado de Puebla,
no te olvides de visitar este lugar donde se detiene el tiempo… donde abunda el
popote, los patios tradicionales, las calles apacibles, y donde las personas de
la comunidad, con un sentido impresionante de anfitrionía, no te dejarán ir sin
invitarte un buen taco de sal con tortilla echa a mano, calentada en comal de
barro y con maíz sacado del granero, con
maíz que, seguramente, sembraron y cosecharon ellos.
Raúl Cárdenas Sandoval.
4 comentarios:
Raúl, admirable sobrino.
Me encanto tu relato, primero la curiosidad me llevó a iniciar la lectura, conforme avanzaba tus palabras escritas bellamente me fueron llevando hasta el lugar y con el apoyo de la fotografía, me sentí atrapada, casi percibí los aromas que describes. Interesante artículo, bien logrado, sigue escribiendo y publicando, me gusta mucho conocer el mundo y leer es una manera de hacerlo.
Saludos a todos por allá.
Gaby de la Rosa
Muchas gracias Tía, literal así fue como conocí yo Popotlán, que bueno que te haya gustado, saludos
Excelente convocatoria realizada desde el conocimiento, felicidades. Todos debemos ir conocer los alcances de esos espacios, su construcción y su aprovechamiento.
Muchas gracias, los esperamoscpor aqui, saludos!!
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